Sin poder andar, desenredar, el camino adonde irá
a parar, la inmensidad, del deseo de no andar con los pies al suelo
y darse la cabeza, contra el marco de la entrada a tu expresión
empezaste a divulgar lo que será el futuro de un montón de cruces mas.
Entre tanta espina no sabré a quién rescatar.
Es por eso que aún sigo aquí, cuando el turno anuncia que esta vez voy yo,
sobre el diván.
y aunque todo parezca tan claro, una guerra se acaba de desatar,
es mi propia mente.
es mi propia mente.
Quién la entendera.
( mayo, diez, dos mil siete )